lunes, 31 de diciembre de 2012

The Dreamer of Oz (TV 1990)


John Ritter, uno de los actores más entrañables del siglo pasado, representa a L. Frank Baum, autor de The Wonderful Wizard of Oz, en esta producción catódica escrita por Richard Matheson. El legado de Oz es celebrado principalmente a través de la inspiradora historia de amor entre Baum y su esposa (hermosa Annette O’Toole en sólida réplica), una mujer que lo apoyó en todas las empresas que llevó a cabo y la mayoría de las cuales resultaron desastrosas, hasta la eventual transcripción y publicación del primer volumen de las mágicas aventuras que lo consagraron como uno de los más importantes creadores de literatura infantil de todos los tiempos. Se trata de un telefilm que ningún aficionado a la superclásica adaptación musical estelarizada por Judy Garland --una de las mejores películas de siempre-- ni aspirante a escritor que se precie debe perderse.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Der Untergang (2004)


Un prematuramente senil y visiblemente derrotado Hitler es interpretado por el titán de los escenarios y las pantallas alemanes, el suizo Bruno Ganz, con nervio y garra avasallantes, como una criatura infernal acorralada, que muestra unos principios y unos detalles singulares totalmente incompatibles, incongruentes con sus sentimientos e ideología racista demenciales. En especial, la relación ambivalente y conflictiva entre el dictador y la nación que preside es examinada en este largometraje que describe la decadencia ruinosa, entre bombardeos absurdos y escombros manchados de sangre, no solamente de un líder nefasto para el mundo entero sino además de un estilo de vida que hubo de ser pagado al más alto costo. Las escenas que ilustran las reuniones del alto mando nazi en el Führerbunker son comprensiblemente las más recordadas (y admiradas hasta la parodia), debido al explosivo delirio de un Hitler acosado por el fantasma de la traición, y la exposición (e imposición) de sus viles estrategias bélicas --Napoleon sólo le permitió la exitosa imitación de su tremendismo megalomaníaco, e inclusive esto decidió su penosa caída.

martes, 11 de diciembre de 2012

La versión hispana de Dracula (1931)


Lupita Tovar, la actriz mexicana que en esta cinta Universal filmada en paralelo a la protagonizada por Bela Lugosi representa a una Mina llamada Eva, se equivocaba cuando decía que este Drácula es la mejor de ambas versiones. Los críticos también se equivocaron, está claro. Más allá de los amplios y libres movimientos de cámara y un presupuesto mayor o mejor invertido en el diseño de producción (que sin embargo utilizó los mismos sets), nos encontramos frente a un trabajo sin personalidad y tediosamente teatral (y muy a menudo las actuaciones son francamente malas: insuficientes o ridículas)  --contraste que le asegura una acrecentada apreciación y respeto al legendario film dirigido por Tod Browning.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Abbott and Costello Meet Frankenstein (1948)


La comedia que con cierto carácter oficial dejó constancia del innegable declive del terror clásico en el cine americano, esta cinta protagonizada por los entonces populares Bud Abbott y Lou Costello es hoy una amable diversión, si ya no la desternillante parodia que debió de ser en su época. Drácula (Bela Lugosi, por supuesto) había envejecido prematuramente, y acaso lo más interesante del dramatis personae --entre actores y roles arquetípicos-- consiste en admitir que Lon Chaney Jr. es aquí mucho mejor Hombre Lobo (y mucho más digno Jr.) que en otras encarnaciones --aparte de recordar que sin la gracia del gordito Costello no se termina de entender el atractivo que estos Lewis & Martin torpemente abocetados ejercían en el público anglosajón. La trama va de que el mefistofélico Conde, un monstruo de Frankenstein (Glenn Strange) con el infortunado cerebro fundido y listo para su remplazo por otro peor, y Larry Talbot, atormentada víctima de la luna llena cuyas sesiones insomnes le han restado kilos y descanso moral, forman dos equipos: los dos primeros más o menos conscientemente para el Mal, mientras que el último intenta su propia redención a través de un enfrentamiento con el vampiro transilvano que aún resiste los vientos de nuestra lejana cultura.

domingo, 18 de noviembre de 2012

¡Así es mi tierra! (1937)


La historia anecdótica de un general de la revolución mexicana que vuelve a su añorado terruño sirve de pretexto para el lucimiento de un Cantinflas en aparente rol secundario; en realidad, se trata del debut, si no de su talento, de sus malabares verbales. Y aunque los títulos de crédito son interminables --al menos en la restaurada versión española que tuve ocasión de visitar--, la trama resulta deshilachada y tópica, y hay una prescindible secuencia de toreo “bufo” que le restó demasiada simpatía al por otra parte muy simpático Cantinflas (que aquí es un peón de rancho y se llama Tejón), la nacionalista cinta gira naturalmente en torno a un importante comediante en su mejor época --la primera, a blanco y negro--, y el espectador tiene la oportunidad de comprobarlo a través de instantes genuinos e inimitables.

  

jueves, 1 de noviembre de 2012

West Side Story (1961)

El genial George Chakiris (centro), quien interpreta a Bernardo, filmando en New York

Leonard Bernstein y Jerome Robbins quedaron inmortalizados en estas 2 horas y media de música y danza (en fusión absoluta) sobre la delincuencia juvenil, en verdad una historia cinematográfica que, con el pretexto de un romance trágico inspirado en Shakespeare cuyo telón de fondo es la rivalidad entre dos pandillas neoyorquinas, trata de la expresión artística, del teatro coreográfico y, en fin, de la belleza definitiva que puede lograr (como en este caso particular) la transición de las tablas a unos rollos inflamados con maestría desbordante. A destacar, entre tanto talento, la figura y el quehacer contundentes de George Chakiris (justo Oscar al Mejor Actor de Reparto), y las letras subjetivas y empáticas, idealmente complementarias, de Stephen Sondheim, los cuales realzan aún más el vigor y plasticidad conmovedores de este sensacional espectáculo, inolvidable ballet contemporáneo y popular que se debe apreciar al menos una vez en esta vida.

lunes, 22 de octubre de 2012

El gran calavera (1949)


Fernando Soler interpreta al personaje licencioso del título, un hombre de negocios que ha reaccionado a la muerte de su esposa bebiendo alcohol como si fuese agua y dilapidando sus millones indiscriminadamente entre los miembros de su venal familia. La vuelta a casa de su exitoso hermano, un psiquiatra que lo encontrará en serio peligro de muerte debido a la disipación en que ha volcado su empresa y ha consumido su motivación para seguir adelante, será decisiva para el nuevo rumbo que tomen los eventos. Escrita por Luis Alcoriza (quien además se hace cargo del ingrato papel de un pelmazo arribista) y dirigida por el genio de Calanda, El gran calavera es una comedia dramática sólida, si acaso algo (o bastante) esquemática o tópica, en la cual las virtudes del melodrama, aquel género accesible tan creativamente aprovechado por un Buñuel mexicano como calaverita en Día de Muertos, consiguen hacer reaccionar al espectador emocionado por el placer de la ficción.