viernes, 20 de marzo de 2015

Nadie oyó gritar (1973)


Entre el ejercicio de estilo y el reclamo comercial, Eloy de la Iglesia dirige a Carmen Sevilla y Vicente Parra (su asesino titular en La semana del asesino, estrenada dos meses antes) en una intriga apenas competente y con más bien pobres resultados. Una atractiva madrileña (Sevilla) vive del dinero de hombres prósperos mientras planea un futuro con su joven amante, pero… Digamos que la situación se complica cuando, harta de su reciente proveedor, decide no hacer su viaje mensual a Londres y quedarse en su departamento durante un fin de semana solitario, sin más vecinos a la vista que el enigmático escritor (Parra) de al lado. Escrita por el propio De la Iglesia, la anécdota central inmediatamente toma el rumbo equivocado, además de resentirse a causa de una estructura floja y una realización errática. El eventual giro de los acontecimientos produce cierta bienvenida sorpresa, aunque nada que pueda redimir a un decepcionante material ya en sus últimos minutos de metraje. 2/5