Acaso los productores de la última versión de Lolita
apreciaron el esteticismo adecuado del debutante director (de largometrajes) Adrian Lyne en los títulos
de crédito de la película de nuestro comentario: su cálida cámara se detiene en y se
desliza desde los pies (y cada uno de sus dedos) de Jodie Foster --filmada como Sue Lyon--
hacia sus piernas y su rostro sumergidos en el sueño compartido de las inocentes: un cuarteto adolescente con exagerados problemas de disfunción familiar... en su mayoría. Entre
las otras tres se halla Cherie Currie, la Cherry Bomb (no por más bonita, que
ésa era Joan Jett, sino por más insinuante) de The Runaways haciendo su propio debut
actoral en el rol de una runaway con tatuaje de cherry: debemos admitir que su
trabajo, aunque apañado por el de Foster, es el único de algún riesgo en una
cinta irregular aun en el estilo fotográfico de Lyne --cuyos encuadres, confeccionados por Michael Seresin (habitual colaborador de Alan Parker), alcanzan a mostrar una América nocturna como la de Edward Hopper. El guión logra un paisaje ambicioso pero mediano de la actitud vital de cierta juventud a fines de los '70s, con pocas situaciones sostenidas o llevadas a sus
consecuencias finales en términos realmente dramáticos o emotivos --con la
evidente excepción de la línea narrativa que sigue a Currie--; así que la pieza se apoya principalmente, además de Foster (quien aquí se
reúne con Bugsy Malone himself, Scott Baio), en la obra de Giorgio Moroder,
siendo “On the Radio”, vocalizado por la Reina del Disco, Donna Summer, el puntal
de otro soundtrack para el recuerdo --aunque American Gigolo, el otro score/songtrack de Moroder en el mismo año, es vastamente superior. (La colaboración más reconocida entre Lyne y el productor-compositor sería Flashdance.) Es una suerte de precoz Fast Times at Ridgemont High (incluido Robert Romanus, aquí como ex novio de mi actriz favorita) sin la profundidad de la experiencia, más allá de la inevitable violencia de crecer y el glamour de un grupo de chicas en San Fernando Valley; lo cual no significa que su asunto no posea algún encanto, máxime cuando fue la última película que Jodie estrenó antes de enrumbar hacia Yale. También en el (bastante desaprovechado) reparto, Sally
Kellerman (la musa de Altman), un todavía delgado Randy
Quaid y Laura Dern diez años antes de Lula Pace. 3.5/5
miércoles, 28 de enero de 2015
sábado, 3 de enero de 2015
Mecánica nacional (1972)
Alcoriza dirigiendo a Alma
Esta concesión populista o taquillera de Luis Alcoriza
--quien aquí parece un precursor de Hal Needham o algo por el estilo-- no se compara en
absoluto con el resto de su obra como director (Tiburoneros) ni como escritor
buñueliano. Sin embargo, dada su firma, no resulta totalmente sorprendente que
la pintura caricaturalmente costumbrista de un caótico día en una esperada
competición automovilística devenga en un más o menos efectivo retrato de los
vicios de una sociedad a la cual el cineasta no puede evitar mirar con simpatía
o, cuando menos, distanciada comprensión. El machismo, los prejuicios de toda
laya y la irresponsabilidad siguen a la familia del sencillo pero orgulloso
dueño de un taller mecánico (Manolo Fábregas), devoto hijo de una ya inmemoriosa
viejecita (Sara García), casado con una mujer todavía atractiva (Lucha Villa) y
padre de dos inquietas adolescentes (Maritza Olivares y, sobre todo, la espasmódica Alma Muriel),
además de compadre de un viejo gatillo alegre casado a su vez con Gloria Marín.
Por la ardua ruta se mezcla en su odisea un supuesto mayor del ejército (Héctor
Suárez) liado con una curvilínea buscona salida de Cannonball Run
o Smokey and the Bandit antes de que las fotografiasen; otra risible figura chauvinista y
estentórea con la pistola presta, el personaje de Suárez, no obstante, logra
matizar con mayor ironía y profundidad ciertos rasgos de un cuadro colectivo
que pretende ser un microcosmos reflejo de la sociedad mexicana de su tiempo
--algo que, entre unos chistes más “grandes” y conseguidos que otros (un poco
como el Ettore Scola de Brutti, sporchi e cattivi), produce no sin cierta torpeza.
3/5
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luis alcoriza,
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