lunes, 28 de enero de 2013

Angélica/ Un día de lluvia (1952)


Un ejemplo oportuno de la riqueza del melodrama sofisticado y sus posibilidades artísticas es este magnífico filme de género rodado en México y estelarizado por una suprema Irasema Dilián, la protagonista de las Cumbres borrascosas de Buñuel. Ésta interpreta naturalmente a la angélica muchacha del título, una cabaretera --ojo al desgarramiento fatal y fundamental de la identidad femenina, la expresión de cuyo eufemismo sabe abismar la fisura-- víctima de las circunstancias típicas del noir que se prenda de un apuesto y sensible piloto (Carlos Navarro), idealista y más que cegado por las ambiciones del amor. Sublime dirección, estupendo guión (original del marido de Dilián, Dino Maiuri), secundarios aventajados (Andrés Soler como el agudo policía tras la pista del despreciable Ramón Gay) y un sorprendente, audaz trabajo de cámara y sonido que hace descubrimientos por doquier son solamente algunas de las virtudes de este cautivante e inteligente entretenimiento, que recomiendo encarecidamente a mis lectores afectos al folletín de veras trascendente.

martes, 22 de enero de 2013

Days of Thunder (1990)


Tom Cruise, prácticamente sin una pizca del engreimiento de pretty boy que le valió el prejuicio crítico pero también el favor del público internacional desde Top Gun (1986), y el recordado Tony Scott, director de ésta y de la sobresaliente, tarantiniana True Romance (1993), se reúnen para la cinta que alguien tachó de “Top Gun on wheels”, y no obstante se trata de una visión desglamorizada (y nada melodramática en comparación) del circuito automovilístico de competición --aunque, todo hay que decirlo, sin la emoción ni el gancho, precisamente, del irresistible folletín aéreo. Acompaña a la superestrella un Robert Duvall que se las arregla para hacer que sus escenas casi parezcan de otra película: tanto las eleva; Michael Rooker, el inolvidable monstruo de la depresiva Henry: Portrait of a Serial Killer, funge de combinación del Iceman de Val Kilmer y el Goose de Anthony Edwards; además aparece por ahí un joven John C. Reilly, antes de Paul Thomas Anderson; y la flamante importación australiana que era entonces la alta pelirroja Nicole Kidman, pronta a convertirse en la segunda Sra. Cruise (tal vez la razón por la cual se le nota un poco incómoda en su ornamental papel en pantalla). No es Grand Prix (1966), más bien todo lo contrario, pero se deja ver sin ilusiones.

sábado, 12 de enero de 2013

La pianiste (2001)


El talento sobresaliente de Michael Haneke para elaborar historias subyugantes a la vez que reveladoras de perturbadoras facetas de la psique humana es innegable en este durísimo retrato, protagonizado por una más que asombrosa Isabelle Huppert. La profesora de piano del título es una mujer corrupta y corruptora, a quien la vida todavía le va a enseñar la lección más inolvidable de todas. Además de Huppert como la inescrupulosa victimaria que también es víctima original de su personal parcela de injusticia indecible, la gran Annie Girardot destaca en el rol muy clave de su controladora madre, presencia ignorante y ausencia responsable de los demonios sexuales y éticos de una soledad multitudinaria, llagada de mundo.