domingo, 18 de noviembre de 2012

¡Así es mi tierra! (1937)


La historia anecdótica de un general de la revolución mexicana que vuelve a su añorado terruño sirve de pretexto para el lucimiento de un Cantinflas en aparente rol secundario; en realidad, se trata del debut, si no de su talento, de sus malabares verbales. Y aunque los títulos de crédito son interminables --al menos en la restaurada versión española que tuve ocasión de visitar--, la trama resulta deshilachada y tópica, y hay una prescindible secuencia de toreo “bufo” que le restó demasiada simpatía al por otra parte muy simpático Cantinflas (que aquí es un peón de rancho y se llama Tejón), la nacionalista cinta gira naturalmente en torno a un importante comediante en su mejor época --la primera, a blanco y negro--, y el espectador tiene la oportunidad de comprobarlo a través de instantes genuinos e inimitables.

  

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