viernes, 10 de julio de 2015

Tempi duri per i vampiri (1959)


El inmortal Christopher Lee (fallecido el 7 de junio pasado) filmó esta parodia vampírica inmediatamente después de su bautizo de sangre como el Conde Drácula por antonomasia en Horror of Dracula (1958). Se trata de una coproducción franco-italiana protagonizada por el showman Renato Rascel (representante de Italia en el Eurovision de 1960), acerca de un barón que lo pierde todo a manos de unos estafadores que convierten su medioeval castillo en un hotel de turismo veraniego. Mientras tanto, su único pariente sobreviviente es un no-muerto (Lee) que a su vez se ve obligado a abandonar su castillo en los Cárpatos, y visitar repentinamente a su hasta ahora olvidado sobrino, quien se gana la vida como el "botones bajito" del lugar.


Bastante lograda comedia de enredos (ciertamente jocosa, aunque no esperen el humor más fino), donde, además de Lee tomándole el pelo a su imagen de Don Juan de ultratumba --cuyo potencial harén termina heredando el buenazo de Rascel--, se luce la belleza de la locación genovesa y de, entre otras féminas, Sylva Koscina como la perseverante novia de un rocanrolero a la manera de Ricky Nelson, y Antje Geerk como la virgen de turno inexpugnable para el propio Príncipe de las Tinieblas. 3/5

   

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