“Anna
Holtz”, ángel de libertad
La hermosa Diane Kruger personifica a Anna Holtz, la mujer
más cercana al músico más grande de la historia en sus últimos meses de vida,
en este entusiasta y celebratorio film de Agnieszka Holland. Cuando Ludwig van
Beethoven (Ed Harris) se encuentra a punto de estrenar la divina Novena, su
primera sinfonía en diez años, una joven estudiante de composición se hará
cargo de la privilegiada tarea de transcribir las notas de su inmenso y atormentado
genio. Holland, que mucho antes dirigió títulos como To Kill a Priest (1988) y Total
Eclipse (1995) --ambas también basadas en hechos “reales” (Holtz no “existió”), la
última una biografía de los malditos simbolistas Rimbaud y Verlaine con Leo
DiCaprio como el genio precoz de Una temporada en el infierno--, a veces se
parece al Kenneth Branagh de Mary Shelley’s Frankenstein debido a una exuberancia
romántica a priori perfecta y que, no obstante, resta cierto brillo a una
producción por otro lado bastante cuidada (la escena del estreno es
técnicamente convincente). Y, aunque pasamos casi dos horas con el titánico Ludwig
van, y la actuación de Harris no está precisamente mal, al final sigue siendo
aquel enigma que pudo inspirar a un tal "pequeño Alex" la alegría de la
ultraviolencia… Nada de lo cual tiene la menor importancia, si damos gracias
por la Música.
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