El rey de las artes marciales en uno de los tantos momentos perfectos --todos los suyos-- de la cinta que lo hizo mundialmente famoso. En realidad, el espectador se queda con las ganas de ver mucho más, desde que la aparición del carismático protagonista es, aunque relativamente, demasiado breve. (Y El juego de la muerte sería su próxima y última contribución al cine, menos de 15 minutos en el montaje de 1978.) Noten que al final, cuando queda atrapado, su actitud es muy similar a la mostrada por su discípulo Steve McQueen en la película que, a su vez, lo convirtió en superestrella: El gran escape (1963).
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