jueves, 4 de octubre de 2012

Revolutionary Road (2008)


Toda una década después de Titanic (1997), Leonardo DiCaprio y Kate Winslet dejaron de ser Jack y Rose para estelarizar este resignado estudio de un matrimonio que se desmorona a plena luz del día, un drama realista en el cual Sam Mendes vuelve a examinar con lucidez las relaciones humanas como ya había hecho en la comedia satírica (American Beauty) y el cine gansteril (Road to Perdition). En el ambiente suburbano de la América de los cincuentas, Frank y April parecen la pareja perfecta: él es ejecutivo en una gran fábrica, ella una elegante ama de casa, y ambos tienen dos pequeños hijos; sin embargo, sus sueños largamente postergados irrumpirán como fantasmas para convertir su vida en una pesadilla. Dirigida con ironía y oportuno sentido del melodrama, Mendes permite que sus actores se explayen en escenas espectaculares consistentes en Winslet y DiCaprio intercambiando parlamentos como venenosos dardos de sinceridad y confusión conyugal, y otras en las que DiCaprio resulta tan profundamente emotivo como siempre y Winslet tan complejamente madura como en toda su etapa reciente. Además de la sensacional pareja, Kathy Bates tiene oportunidad de colaborar más prolongadamente con Kate y Leo, y la deliciosa Zoe Kazan (nieta de mi cineasta favorito) aprovecha su demasiado breve tiempo en pantalla. La partitura de Thomas Newman es, congruentemente, memorable.

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