lunes, 8 de octubre de 2012

Belle de jour (1967)


Escandalosa e infame --fue prohibida durante mucho tiempo en diversos países--, esta cinta sobre una joven dama de sociedad que ejerce la prostitución clandestina es Buñuel en estado de refinación. La realidad del sueño y la realidad objetiva confunden sus fronteras y se mezclan dentro de una ficción envolvente, que marca la sensibilidad con el fuego lento de sus imágenes (algunas tan chocantes como las que muestran los instintos sexuales masoquistas de la protagonista) y su carácter sugestivo. Una inquieta obra maestra que, extrañamente, ha perdido el favor de antaño en beneficio de otras piezas del genio de Calanda, y sin embargo no ha envejecido un minuto ni deja de ser una fuente de inesperadas satisfacciones para el aficionado oportuno. Catherine Deneuve, perfecta en su rol, Michel Piccoli y Paco Rabal, buñuelianos veteranos, se distinguen entre otros actores de un relato tan hermoso como perverso y desolador.

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