Escandalosa
e infame --fue prohibida durante mucho tiempo en diversos países--, esta cinta
sobre una joven dama de sociedad que ejerce la prostitución clandestina es
Buñuel en estado de refinación. La realidad del sueño y la realidad objetiva
confunden sus fronteras y se mezclan dentro de una ficción envolvente, que
marca la sensibilidad con el fuego lento de sus imágenes (algunas tan chocantes
como las que muestran los instintos sexuales masoquistas de la protagonista) y
su carácter sugestivo. Una inquieta obra maestra que, extrañamente, ha perdido
el favor de antaño en beneficio de otras piezas del genio de Calanda, y sin
embargo no ha envejecido un minuto ni deja de ser una fuente de inesperadas
satisfacciones para el aficionado oportuno. Catherine Deneuve, perfecta en su
rol, Michel Piccoli y Paco Rabal, buñuelianos veteranos, se distinguen entre
otros actores de un relato tan hermoso como perverso y desolador.
lunes, 8 de octubre de 2012
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