Esta producción amateur rodada en formato de vídeo hacia 1987 fue el primer trabajo de Paul Thomas Anderson, el realizador de Boogie Nights (1997) y Magnolia (1999) y There Will Be Blood (2007). Su innegable aptitud para la narración dramática de vidas cruzadas se reveló en la primera, para luego perfeccionarse y ahondar aún más en el vacío cuasi existencial de sus siempre desolados y particularmente entrañables personajes en el definitivamente magistral fresco cinemático de la segunda. ... Wait a second! Sin embargo --y éste es un "sin embargo" casi en mayúsculas--, la épica sentimental que proponía Boogie Nights, suerte de homenaje al cine pornográfico (en celuloide) fugazmente notorio de los setentas, fue ensayada a una escala muchísimo menor en la oscura cinta de sólo treinta minutos que ahora comentamos --¡hey, PTA no tenía más de 18 años de edad, el capo! Ésta relata exclusivamente la vida de su protagonista, su ascenso y su caída (como sucedería en There Will Be Blood), por medio de entrevistas con quienes fueron sus colaboradores más cercanos, aquellos que protagonizarían sus propias historias afluentes en la versión posterior. Anderson consigue que el magro presupuesto juegue a su favor, creando un falso documental con la misma apariencia y similar sentido del realismo que marcan la pornografía al uso. Además, ya asoman de algún modo su humor, su ironía y su habilidad persuasiva característicos; pero nada es suficiente en comparación con la odisea de la marginalidad que idéntico material conformaría en 1997 --uf.
The Dirk Diggler Story es una obra definitivamente de interés para los admiradores del genial Anderson.
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