Según Clint Eastwood, el creador del FBI era un hombre adicto al trabajo, austero y socialmente inepto que, bajo la influencia ubicua de su a la vez devota y severa madre, combatió con mano férrea gangsters y comunistas durante décadas, así como buscó la admiración hasta el endiosamiento de sí mismo por parte de la nación cuyos ideales defendió hasta su muerte: la información es al parecer un poder que Hoover convirtió en genuina institución, y en estos tiempos dominados por la internet, Facebook et al este retrato fílmico se presenta iluminador más allá del tenebrismo de su puesta en escena. Leonardo DiCaprio sigue creciendo como intérprete, por si fuera poco, y su colaboración con el admirable Armie Hammer (una de las revelaciones de The Social Network, en el doble rol de los gemelos Winklevoss) constituye el corazón lacerado de esta cinta, literalmente: una de esas extraordinarias historias de amor que se quedan con uno mucho después de acabada la función.
jueves, 5 de abril de 2012
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